En el Valle de Los Molles, desviándonos solo un poco de la R.222 nos encontraremos con un impactante espejo de agua color esmeralda rodeado por acumulaciones de basalto y otros residuos volcánicos que parecen jugar con sus propias sobras a lo largo del día, formando diversas figuras que invitan a liberar la imaginación.
La bellísima laguna ha sido motivadora de varias leyendas, la más conocida y querida por los lugareños es la de Elcha, la desventurada hija de un cacique de la zona.



