En el Valle de Los Molles a pocos metros de la R.222 se encuentran estas formaciones naturales llamadas dolinas, comunmente conocidas como ojos de agua.
Las mismas se produjeron por la degradación de suelos de minerales solubles en el agua como la caliza.
Entre ambas se mantiene una pared cada vez más fina que presagia la unión de ambos pozos en un futuro.
Los fuertes vientos cordilleranos, al rozar sus paredes, ocasionan un sonido peculiar, que propicia varias leyendas



